VOLVER A COMER



A veces es difícil volver a comer: quizá una pequeña fístula ha impedido alimentarse normalmente durante una temporada, o hay un determinado alimento que se atraganta, pero está tan rico...
A menudo los problemas vienen por texturas elásticas, como la del jamón o los calamares, o porque se adhieren a la garganta partes finas, como la piel del maíz dulce o la lechuga. Una bola de comida que no pasa o un ataque de tos nos hacen dejar definitivamente alimentos que nos gustan.

Para mitigar estos problemas hay varios sistemas.

Purés y cremas: pasar verduras y legumbres por el pasapuré permite comer sin problemas. Un poco de imaginación para estas preparaciones impide el aburrmiento. Atención: no es conveniente usar la batidora de brazo o de vaso porque entra mucho aire en la preparación y eso puede ocasionar gases y dolor abdominal. Mejor el pasapuré o chafar con un tenedor.
Recomendación: usar lentejas sin piel, en todos los supermercados se pueden encontrar, tanto rojas como amarillas. Se cocinan en media hora y ni rastro de pellejos.


Alimentos texturizados: una solución perfecta especialmente para alimentos fríos que nos ha descubierto Izaskun Adot, con la que se puede contactar en adot.larumbe.izaskun@ithermomix.es y en el 657 609 375. Lo sabe todo sobre deglución y cocina, y quiso compartir sus conocimientos con la ANL.  Esta es una ensalada texturizada




Con su lechuga, su tomate, tres espárragos y un puñado de aceitunas. Todo fresco y delicioso.
El truco para elaborar esta ensalada es muy sencillo: el alimento, ya aliñado (lechuga, tomate, espárrago o aceituna) se tritura con una pequeña cantidad de agua (ahora sí, con una BUENA batidora o mejor con robot de cocina), o con su caldo. Se sube la temperatura de este batido a 37º y se disuelve en él una cucharilla moka (la más pequeña) de gelatina neutra, o si no media  hoja de cola de pescado previamente remojada.

A continuación un rato a la nevera para que se enfríe, y listo: de nuevo es posible paladear una fresca ensalada.

Así es posible comer cualquier cosa: macarrones con tomate, carrilleras, salmón, estofados, asados... la única limitación es que no se deben calentar más allá de 37º para que no se deshaga la gelatina. Una salsa bien caliente ayudará a alcanzar una temperatura agradable al paladar. Si se quiere más calor, es mejor usar agar agar: la misma preparación, pero llevando el batido a 100º, luego enfriar y después es posible calentar hasta 85º.